Golf, transparencia y buen gobierno (sin juicios de valor)

La buena gestión de los recursos puede conducir a una organización a alcanzar el éxito o hundirse en la ruina y las asociaciones e instituciones deportivas sin ánimo de lucro no son una excepción a esa regla.

Corría el año 1996 y un íntimo amigo mío y yo tuvimos el atrevimiento de reunir al Presidente de la Federación Andaluza de Golf y al Presidente del Parque Tecnológico de Andalucía que está ubicado en la ciudad de Málaga a escasos kilómetros del Club de Golf Guadalhorce, lugar donde se celebró el encuentro.
Nuestra motivación no era otra que proponer a la Federación Andaluza que pudiera establecer su sede permanente en unos terrenos dentro del Parque Tecnológico cuyo uso en el planeamiento urbanístico era deportivo/golf, y que la misma se dotara de todos los servicios que hoy se consideran indispensables para el cumplimiento de la función esencial de promoción del golf en su sentido más amplio, es decir, un edificio multifuncional, una Escuela/Academia de Alto Rendimiento, la posibilidad de desarrollar 9 hoyos e incluso un Centro de investigación y formación para greenkeepers y personal de mantenimiento de los campos de golf.
El Presidente del Parque Tecnológico se mostró muy favorable a nuestra iniciativa y tras el almuerzo en el que entregamos un dossier de la idea al Presidente de la Federación Andaluza, quien les escribe y su amigo pensaron inocentemente que la Federación Andaluza se pondría a trabajar en el proyecto sin necesitar mayor impulso que el que ya habíamos dado con aquel paso. Nada más se supo de aquello.

Algunos años mas tarde el Ayuntamiento de Málaga ofreció a la Federación Andaluza una concesión de 30 años en una parcela municipal de 11,000 m2 para la construcción de su sede, oferta que también fue rechazada, entre otras razones y cito textualmente*, porque “… no nos daba la posibilidad de tener ninguna actividad deportiva por las dimensiones.”
Diecisiete años después de aquel almuerzo, en 2013, la Federación Andaluza de Golf ha abierto las puertas de su nueva sede (en propiedad) en una de las zonas más exclusivas y caras de la ciudad de Málaga. La nueva sede es una construcción residencial de unos 700 metros cuadrados en una parcela de apenas 1.000 metros cuyo coste total ha sido de aproximadamente 2,6 millones de euros, excluyendo impuestos.
Es decir, cuando una gran parte de las empresas e instituciones financieras se están deshaciendo de sus edificios y oficinas a favor de otros Inversores y Fondos para convertirse en arrendatarios de éstos, la Federación Andaluza de golf ha promovido una construcción de oficinas para su propio uso.
Si la Federación Andaluza necesitaba más espacio dentro de su sede hubiera podido, por el mismo coste de 2,6 millones antes mencionado, haber alquilado, adyacente a la red de autovías de Málaga en un moderno edificio al lado de despachos de abogados y firmas de auditoría, los mismos metros cuadrados de los que ahora disfruta durante el plazo nada desdeñable de 30 años, disponiendo, de este modo, de una tesorería desahogada para ser empleada en una adecuada promoción y fomento del golf. Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.
Simultáneamente a la redacción de este artículo la Real Federación Española de Golf, tras insistentes peticiones, ha publicado en su página web sus Cuentas Anuales** de 2011 y 2012 junto al Informe de Auditoría de la firma BDO.
Sin entrar a valorar las salvedades del Informe de BDO, me ha llamado muchísimo la atención el hecho de que tanto en 2011 como en 2012 la RFEG haya tenido pérdidas por un importe acumulado de casi 1,3 millones de euros provenientes exclusivamente de sus Inversiones en instrumentos financieros.
No es extraño que una federación deportiva haga inversiones, lo que deberíamos plantearnos es si esa misma federación debería invertir en productos que lleven aparejado un riesgo cierto (bolsa, derivados, opciones, futuros, etc..) o si por el contrario sólo le debería estar permitido invertir en instrumentos financieros de renta fija.

Tengo verdadera curiosidad por saber si tanto la decisión sobre la nueva Sede de la Federación Andaluza o la aprobación de las Cuentas de la Federación Española han suscitado algún debate en el seno de sus respectivas Juntas Directivas y Asambleas Generales o incluso si han contado con el voto contrario de alguno de sus miembros.
En ambos casos, y con independencia del respaldo que las Asambleas de las Federaciones dan a sus decisiones y actos, creo que es necesario que se den explicaciones.

En estos momentos en los que la gestión de lo público y lo privado está cuestionada por la sociedad de manera permanente y en los que la transparencia y el buen gobierno forman parte de todas aquellas instituciones, organismos y empresas que quieren ser creíbles en el exigente contexto actual, es una obligación tanto para nuestra Federación Española como para las Territoriales que se reconozca y garantice el acceso a la información de los federados, que sea publicada con mucho mayor detalle la información relativa a las funciones que las mismas desarrollan, que se regulen los procedimientos de contratación de su personal y sus proveedores y que se establezcan de manera inequívoca las obligaciones de buen gobierno que deben cumplir sus directivos y empleados.

De lo contrario, y tal como ha puesto de manifiesto “England Golf” en su Plan Estratégico*** 2014-2017 para el Reino Unido, no sólo seguirá decreciendo el número de jugadores y de campos sino que será muy difícil si no imposible, el poder desarrollar en España, tanto para la prensa como para la sociedad una imagen más positiva y pública del golf.

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