Entrevista a Azahara Muñoz: Aza is back

Azahara Muñoz, afrontó la decisión de la maternidad en 2021 y siguió compitiendo con Lucas en su barriga durante los primeros siete meses de su embarazo.

AZAHARA MUÑOZ-GOLF CIRCUS

Azahara Muñoz vuelve al LPGA Tour meses después de su maternidad. La golfista malagueña retorna a la competición en el Dana Open que se juega en el Highland Meadows Golf Club de Ohio del 1 al 4 de septiembre. 

El ser madre es una decisión complicada a la que las deportistas de élite tienen que enfrentarse. En concreto en el golf, las profesionales tienen que trabajar duro, con horarios extenuantes para hacer carrera en el LPGA Tour, y lo que ya era una profesión exigente, se vuelve algo increíblemente difícil con un niño. 

En 2019, en un movimiento con visión de futuro, el LPGA Tour promulgó una nueva política de maternidad que permite a las jugadoras congelar su estatus durante un máximo de dos años para centrarse en su embarazo, su bebé y su recuperación mental y física.

Ahora, pasados cuatro meses desde que fuera madre, Aza nos concede esta entrevista en la que nos cuenta cómo ha sido el proceso y sus planes de futuro, sobre todo teniendo en el horizonte la Solheim Cup, su torneo favorito y, además, en casa.

Azahara Muñoz 1

 

El año pasado fue tu doceava temporada en el European Tour y la jugaste embarazada. ¿Debió ser muy especial?

Fue muy especial y diferente. Jugué toda la temporada embarazada, pero la verdad es que creo que tuve bastante suerte porque mi embarazo ha sido muy bueno. Lo único que sí que notaba era bastante cansancio y eso hizo que me costara entrenar.

Al final, cuando ya estaba gordita, tenía una sensación de estar feliz y orgullosa por llevar la temporada y al pequeño en la barriga y también un poco agobiada por jugar bien y mantener la tarjeta.

Obviamente, juegas diferente llevando a un bebé en la barriga, pero creo que, con todo, la temporada fue bien.

Para cualquier persona ser madre es una decisión vital que requiere de planificación, pero, para una deportista de élite no debe ser fácil la decisión de hacer un parón para afrontar la maternidad, sobre todo porque vuestra rutina de competir se frena en seco. ¿Cómo lo estás llevando?

Bueno, es bastante complicado. Sobre todo, el año que estás embarazada que, no sé en otros deportes, pero en golf, puedes seguir compitiendo y yo lo hice hasta los siete meses. Después tienes que plantearte que vas a estar parada aproximadamente un año y es algo para lo que tienes que mentalizarte.

Yo lo estoy llevando bien porque desde el principio me lo he planteado como algo que no sé si voy a volver a vivir y quiero disfrutarlo. Me recuperé muy pronto de la cesárea y a las seis semanas ya estaba bien físicamente y entrenando.

Hay deportistas que tras dar a luz se notan diferentes en su rendimiento, pero si soy sincera, es como si no hubiera tenido un niño.

Azahara Muñoz y Lucas

 

Y en lo personal, ¿cómo se te está dando? ¿Da mucha guerra Lucas?

Pues he de decirte que se me da genial esto de ser mamá. (ríe) Cuando nació Lucas mis padres estuvieron en casa una temporada y eso me ayudó bastante en los primeros días. Desde el principio cogimos una rutina Lucas y yo y nos compenetramos muy bien con los horarios. De todas formas, Lucas es buenísimo.

No desvelamos nada si decimos que la maternidad y la alta competición son dos cosas que no se llevan bien, pero la LPGA es un ejemplo de cómo gestiona los embarazos de sus jugadoras profesionales. ¿Nos puedes contar en qué consiste exactamente?

Pues, básicamente consiste en que el año en el que nace el bebé es tu año de maternidad, puedes extenderlo un año más, aunque casi nadie lo hace.  Durante esos 12 meses, la LPGA no cambia tu situación, ni la tarjeta que has conseguido hasta el momento.

Por ejemplo, para mí que di a luz en febrero de 2022, mi año de maternidad es el 2022. En ese año puedes jugar o no, pero lo juegues no cuenta. Cuando termina tu año de permiso comienzas como acabaste el año anterior, en mi caso, comenzaré como acabé en 2021.

Para quedarse embarazada siendo jugadora profesional de golf, ¿hay que hacer cuentas del momento propicio? Si es que lo hay.

Bueno, como para casi todo en la vida es mejor ser previsores. Yo jugué casi todo el 2021 embaraza, pero lo bueno es que tengo mucho tiempo para volver al haber dado a luz en febrero.

Siempre tienes la opción de darte de baja por lesión, pero a mí no me pareció una buena idea.

La tarea de la conciliación no es para nada sencilla en el mundo del deporte. Los viajes por todo el mundo para disputar los diferentes circuitos suponen períodos en los que probablemente tengas que estar lejos del pequeño Lucas. ¿Cómo tenéis pensado hacerlo tu esposo y tú?

El plan por ahora es volver a la competición en septiembre. Mi calendario, si todo va bien, será jugar las dos primeras semanas de septiembre y luego me tomaré una semana libre, para volver a la siguiente.

Después de esto, el Tour va a Asia, pero obviamente no iré. También hay un torneo en Portland y otro en California, pero el viaje es demasiado largo para ir con el bebé. En resumen, estaré jugando los torneos más fáciles hasta final de año que iré al Open de España.

Lo bueno es que puedo empezar a jugar esos torneos sin que me cuenten y también ver cómo me manejo para viajar con el niño. Este es mi plan por ahora y en ese momento Lucas ya tendrá seis meses. Lo que no sé muy bien cómo va a ser, es lo de dar el pecho porque tengo poco tiempo entre toma y toma.

Este año Lucas viajará conmigo y mi marido se cogerá vacaciones para venir a los torneos y mis padres estarán en el Open de España que será en casa. Así me iré apañando. El año que viene no sabemos aún porque estamos pensando todavía si contratar a alguien, que vengan mis padres. No sé, ya veremos.

Solheim-cup

 La Solheim Cup 2023 se jugará en tu tierra, La Costa del Sol en septiembre de 2023. ¿El reto de Azahara es clasificarse para la Solheim Cup?

Sería increíble para mí, pero no me engaño, va a ser complicado porque, como ya he explicado, voy a jugar muy pocos meses y por ranking lo veo difícil.  Ahora estoy entrenando a buen ritmo, intentando aprovechar las horas libres. Aunque sé que siendo madre no tengo todas las horas, estoy ya va a ser así. Hago tres horas al día de entreno, voy al gimnasio tres días a la semana, otros días hago bici, en fin, todo lo que puedo.

Me veo con muchas ganas de empezar a competir, estoy haciendo bastantes cambios de swing y siento que lo que estoy entrenando va a ir bien.

Has formado parte cuatro veces del equipo europeo de la Solheim Cup. ¿Qué significa para ti este torneo?

La Solheim es, de lejos, mi torneo favorito. He jugado cuatro hasta ahora y tengo tantos buenos recuerdos de cada una, que no me quiero imaginar lo que sería jugarla en casa. Espero que no suceda y voy a hacer todo para que no sea así, pero si no pudiese jugar en la Solheim Cup 2023 de alguna manera estaría allí.

Jugar la Solheim Cup de 2023 en casa, ¿sería un cumplir un sueño?

Desde luego que lo sería. La maternidad me ha impulsado a retarme a mí misma y a demostrar que se puede ser madre y buena en lo que haces, ya sea golf o cualquier otra profesión. Así que como te decía antes, voy a poner todo de mi parte para estar en casa jugando la Solheim.

Por último, hablemos un poco de deporte femenino. Las marcas generalmente están menos inclinadas a dirigir su dinero a las atletas femeninas y hay una diferencia abismal entre la remuneración de jugadores y jugadoras. ¿Crees que existe discriminación en las disciplinas femeninas en cuanto a exposición mediática, visibilidad y remuneración?

Obviamente que sí, pero yo prefiero quedarme con la evolución que creo que es muy positiva, sobre todo en los últimos años. Hoy en día se gana mucho más que cuando yo empecé en el Tour.

Creo que la exposición del deporte femenino tiene mucho que ver en esto, leí un estudio que decía que sólo un 5% de los anuncios de la televisión eran de mujeres deportistas.

¿Y en particular en el golf?

Como te decía la evolución es positiva y en la bolsa de dinero de los torneos femeninos también está pasando. Como ejemplo de un “grande” te pondré el US Open donde la ganadora se llevó 1,8 millones de dólares. Eso sólo va a ayudar a que todos los torneos se pongan al mismo nivel. Me imagino y espero que, en los torneos regulares ocurra igual, que cada vez haya más dinero.

También creo que las compañías se dan cuenta de que no han apoyado el deporte femenino con la suficiente fuerza. Yo he tenido suerte porque las marcas me han mantenido e incluso he conseguido dos patrocinios nuevos.

 

 

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