Luis Filipe Madeira, más conocido en el mundo futbolístico como FIGO, fue el primero de los “galácticos” del Real Madrid, club al que llegó en el año 2000 como el fichaje más caro de la historia hasta esa fecha (10.000 millones de pesetas), y con el que logró entre otros títulos, la Champions League de 2002, la última Copa de Europa que tenía el Real Madrid en sus vitrinas, hasta conquistar la décima el pasado mes de mayo, precisamente en tierras portuguesas. Aunque no es de fútbol de lo que vamos a hablar con el crack portugués sino de otra de sus pasiones: EL GOLF, deporte que descubrió hace algo más de tres años y con el que está implicada su Fundación para los niños más necesitados.
«Descubrí el golf hace dos años y me gustó mucho, porque es un deporte espectacular y además el golf es también un vehículo diferente para dar a conocer mi Fundación, y por supuesto, para recaudar fondos para continuar con nuestros proyectos”. La Fundación Luis Figo lidera proyectos en Portugal enfocados en mejorar la calidad de vida de niños sin recursos a través de programas de salud, educación, deportes e integración social.
¿Cómo fueron sus comienzos en el golf?
Mis primeros contactos con el golf fueron a través de algunos amigos que ya jugaban hacía tiempo. Ellos me animaron a jugar, salía con ellos al campo y le fui cogiendo gusto al deporte y… ¡aquí estamos! Intentándolo.
¿Y lo intenta mucho?
Siempre que puedo –sonríe-. En cuanto tengo oportunidad salgo a jugar con los amigos. Es lo que más me gusta.
¿Recomendarías el golf como un deporte para toda la familia?
¡Desde luego! Es un deporte que se puede practicar en familia o con amigos. Es tremendamente competitivo, contra otros o contra tí mismo, y eso es lo bueno de este deporte. Y eso siempre te mantiene activo.
¿El golf es el deporte del futuro?
Del futuro no lo sé, pero si es un deporte que puedes jugar durante toda la vida.
Pese a que es una actividad que uno puede practicar en solitario, o como usted decía, competir contra uno mismo, ¿podría decirse que el golf es también un deporte solidario?
Yo creo que sí. Hemos participado en varios proyectos solidarios con mi Fundación en los que un evento giraba en torno al golf, como por ejemplo la Copa Mirabaud que hicimos en el RACE hace un año, y la gente del golf es generosa. Se implica mucho con los problemas de los demás, y sobre todo, en este caso, con los niños, ya que mi Fundación se ocupa de los más pequeños en temas de educación, deporte e integración social. Además de pasar un buen rato al aire libre, jugando con tus amigos, apoyas a una buena causa. Es una forma diferente de llamar la atención sobre los más necesitados.
Comparándolo con el fútbol, que ha sido su trabajo y pasión durante tantos años, y que tantas alegrías le ha dado, no nos olvidamos que usted fue artífice de la “Novena” del Real Madrid en Europa, ¿existe la misma presión en el golf, o tú has sentido alguna vez tanta tensión en el golf como en el fútbol?
Yo la verdad es que no la he sentido, al menos de momento, pero es que mi nivel de juego es aún muy bajo. Supongo que a otros niveles más profesionales, los golfistas sentirán la misma tensión que en un partido de fútbol decisivo, y ese bichito que se te pone en el estómago cuando sales al campo a darlo todo.
Volviendo al golf ¿Dónde juega habitualmente?
En Madrid suelo jugar en El Encín Golf, Hípica, La Moraleja, el Club de Campo también me gusta mucho… Intento cambiar de campo y jugar con amigos siempre que puedo.
Y fuera de España, ¿qué campos ha jugado?
Por supuesto, recomiendo todos los campos de golf del Algarve, en Portugal, donde veraneo habitualmente. Son todos estupendos y es una zona paradisíaca para jugar al golf. Y también he jugado algunos campos en Suecia, no sabría repetirte los nombres.
¿Cómo definiría su juego?
Estoy mejorando –sonríe-, pero aún muy lejos de los mejores.