RUTA 21 Destino: Riviera Maya

No es la primera vez que Ruta21 viaja a esta parte del globo y desde luego no va a ser la última. El México del caribe es cálido, es tranquilo, tiene color y sabor. Y por encima de todo, tiene grandes campos de golf.

Nuestro primer encuentro en Riviera Maya es con un buen amigo que, tras su paso por Valderrama, afronta este nuevo reto en el extranjero. Fernando Padrón nos contaba en primera persona, que es un honor para él dirigir Riviera Maya Golf Club, un diseño de Robert Trent Jones II que nació con la pretensión de ser una referencia en el Caribe.

No hay nada como integrar un campo de golf en el entorno. Marc Bosh, arquitecto del equipo de Trent Jones II, lo tuvo claro cuando fue a visitar la finca, su objetivo: convertir la naturaleza ya existente en tu aliado. Su inspiración le llevó a construir 27 maravillosos hoyos. Sobre esta selva, sobre estos manglares y cenotes el equipo del afamado diseñador dibujó 9 hoyos pares 3 y 18 largos de competición.

Lo primero que llama la atención una vez comenzamos a caminarlos es, cómo te abraza la vegetación. A pesar de la cercanía, en ningún momento nos sentimos invadidos por la presencia de los hoteles y residencias, ya que el equilibrio de integración es perfecto.

Con 7.272 yardas desde el tee de atrás, este campo pone a prueba a todo tipo de jugadores, que, en función de su nivel, encontrarán el tee que mejor se adapte a su distancia. Los abundantes lagos que encontramos en la vuelta no sólo aportan belleza al campo, hay que estar muy atentos a ellos ya que juegan un papel vital en la dificultad de muchos hoyos.

Los tarjet bunkers, los contornos de las calles y las entradas a green nos dejan apreciar la firma de Jones. Combinación entre estética y nobleza, evitando los golpes ciegos y premiando siempre al jugador valiente. Los greenes son perfectos. Grandes y con mucho movimiento, permiten colocar posiciones de bandera bonitas y desafiantes, de modo que el putter es una herramienta que tiene que funcionarte bien si quieres hacer score.

Este es uno de esos campos que puedes jugar mil veces, y a aún así, siempre te sorprenderá con algo nuevo. Francamente creo que Riviera Maya Golf Club es una perla del caribe.

También tuvimos la oportunidad de entrevistar a Vanessa Vignali, alguien que alcanzó un gran nivel como jugadora profesional y que ahora pone toda esa experiencia a disposición del grupo Piñero, encabezando la dirección corporativa de Bahía Príncipe Golf. Tanto en República Dominicana como en Riviera Maya, Bahía Príncipe aglutina todos sus servicios para ofrecer al jugador un viaje redondo.

De los 4 hoteles que tiene Bahía Príncipe en Riviera Maya, los 3 de la playa están más enfocados a las familias y claramente el Sian Kaan es el hotel ideal para los golfistas. Se encuentra a tiro de wedge del campo de golf, está totalmente integrado en la selva, pese a tener la playa a 5 minutos, y ofrece ese toque más refinado en el que el wellness, los servicios y la alta gastronomía van un paso más allá. Ignacio Subías, director general de Bahía Príncipe Hotels México, nos explicaba que el golfista no sólo tiene la posibilidad de alojarse aquí, por cercanía al golf, también tiene la posibilidad de alojarse en villas o apartamentos de la propiedad, viviendo así la experiencia de compartir estancia en familia o con amigos. Calidad, calidez y oferta cultural, con estas palabras comenzaba Ignacio este capítulo de Ruta21.

Palabras que tienen todo el sentido del mundo, ya que más allá de este magnífico resort, su situación privilegiada nos deja visitar las pirámides de Tulum y la colorida Playa del Carmen a tan sólo 20 minutos. Impregnarte de la gente y de la cultura mexicana es algo que debes hacer si vienes a la Riviera Maya.

Justo aquí se encuentra uno de los mayores santuarios de vida submarina. De la mano de One Drope México y de sus fundadores, Francesca Reina y David Jiménez, tuvimos nuestra primera experiencia subacuática en un cenote, grutas subterráneas de agua dulce que se cuentan por millones en la Península de Yucatán. Las sensaciones fueron muy buenas y no contentos con eso nos propusieron hacer unas fotos artísticas.

Nos despedimos de este lugar con una sonrisa y es que sabemos que no tardaremos demasiado en volver. El clima, la calidad en los servicios y sobre todo las personas nos dejan con ganas de más cada vez que visitamos la Riviera Maya.

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