Sergio García, L’enfant terrible

Con un talento innato para el golf desde los 3 años, Sergio García es el jugador español con mejor proyección de los últimos años y el llamado a continuar la saga de Ballesteros y Olazábal. Pero El Niño está triste y no se ha divertido jugando al golf este año, con excepción de la Ryder Cup. Al menos, así lo cuenta él. En octubre pasó por el quirófano para corregirse un problema de astigmatismo. ¿Se habrán acabado sus problemas?
Sergio García, 32 años y el mejor español en el Ránking Mundial (21º), no ha tenido un buen año si exceptuamos que volvió a ganar un torneo en Estados Unidos (el Wyndham Championship en agosto, después de cuatro años de sequía en el PGA Tour) y formó parte del glorioso equipo que derrotó a los norteamericanos en la Ryder Cup de Chicago. Cualquier en su caso se hubiera dado por satisfecho, pero Sergio no.
Exigente consigo mismo y, en ocasiones, excesivamente duro en sus declaraciones, quiere más. Quiere ese Grande que no llega y que acallaría todos los rumores con respecto a su juego y a su persona. Lo rozó en el Open Británico de 2007 en Carnoustie, campo maldito para él (1999 en su estreno terminó llorando en brazos de su madre) y al año siguiente en el PGA de Estados Unidos, ambos triunfos que el arrebató en el green el irlandés Padraig Harrington, su bestia negra. Phil Mickelson necesitó 43 participaciones en el Major para ganar su primer torneo de Grand Slam; Sergio García superó esa cifra en el último Masters de Augusta (ya lleva 57).
Tras su peor resultado en el campo de Georgia (78 en 2010) dijo que no se consideraba lo suficientemente bueno para ganar un Grande. Y ya en abril estaba deseando que acabara el año. Afortunadamente, no todos los deseos se cumplen; si fuera así, no hubiera sumado su octava victoria en el PGA Tour americano y no hubiera sido una pieza clave en la victoria del equipo europeo de la Ryder Cup.
Pero no dejamos de preguntarnos, ¿qué le pasa a Sergio García que ya no se divierte en el campo jugando al golf?
Sergio es un excelente jugador de Tee a green pero su altísimo rendimiento en los torneos de Grand Slam contrasta con su falta de victorias y el putt puede ser la clave. Desde que realizara su cambio de swing en 2003 llegaron cuatro victorias en el PGA Tour y otras cuatro en el European Tour; además de otros triunfos en el Nedbank de Suráfrica y un torneo benéfico que organizo Gary Player en 2010. Y en los 36 Grandes que ha participado desde entonces, en 10 ocasiones ha terminado en el “Top Ten”.

Sergio está triste
Igual que los grandes cracks, como Cristiano Ronaldo uno de los héroes del equipo de sus amores, Sergio García ha declarado estar triste. Una tristeza que comenzó hace unos años con la muerte de una gran amiga María García Estrada, una joven golfista de espíritu inquebrantable que sólo se rindió ante el cáncer; una relación amorosa truncada con Morgan Norman, la hija del Tiburón Blanco Greg Norman, que le puso contra las cuerdas entre su amor y el golf; y una crisis de juego que intentó ahogar en otros talentos, el fútbol y el póker.
Presidente del club de futbol CF Borriol de tercera división, debutó como jugador el 12 de septiembre de 2010 en competición oficial contra el Ribarroja CF. El fútbol siempre fue una de las pasiones del golfista de Borriol deporte que también practicó de joven, aunque al final se inclinó por el golf. “Pude haber sido futbolista o golfista”, declaró en cierta ocasión.
Sergio García también se evade en una mesa de póker, otra de sus pasiones. El pasado enero de este año volvió a participar en el famoso tour PokerStars en la prueba especial Póker Caribbean Adventure (PCA) que se celebró este año en Las Bahamas y al que aspiraba ganar 2 millones de euros. Es una forma de buscar esas emociones fuertes que el golf ya no le da. 10 años en la élite, con la presión que ello supone, quizá han colmado sus nervios y necesita un cambio de rumbo que no encuentra. No quiere ni oír hablar de un entrenador, de un psicólogo o de un sofrólogo, figuras claves hoy en las maletas de los grande jugadores, incluido Tiger.
Severiano Ballesteros en los últimos tiempos, antes de retirarse del golf, hablaba de su “ángel” perdido, ese click que no sabes ni cómo ni cuando, se enciende y vuelves a recuperar la sonrisa.

¿Será un problema de visión?
Sergio García, aprovechando unos días libres tras volver a Europa con la Ryder Cup en la mano decidió pasar por el quirófano para corregirse un defecto en la visión: el astigmatismo. Fue intervenido con cirugía láser y entró y salió de la clínica por su propio pie.
El astigmatismo es un defecto refractivo que hace que todo se vea deformado o desenfocado, tanto en visión cercana como en visión lejana, por un problema en la curvatura de la córnea. Es un defecto de la vista similar al efecto de los espejos deformados, los cuales reproducen objetos demasiado altos, anchos o delgados. Este es un problema que puede afectar a su juego, ya que en el campo supone una gran dificultad para determinar relieves, objetos y trayectoria a la hora de ejecutar sus golpes, y por lo tanto se ve reflejado en los resultados, Quizá haya sido ésta la razón de que sus registros no han sido tan buenos como él espera y la razón por la que Sergio ha estado un tanto triste por los campos de golf en los últimos tiempos. Aunque nadie lo diría viendo la imágenes de su última victoria que se produjo semanas antes de la Ryder Cup en el PGA Tour de Estados Unidos el pasado mes de agosto, donde el castellonense se impuso con autoridad sobre Tim Clark en el Wyndham Championship con golpes excepcionales y sacando a la luz toda esa calidad que lleva en su bolsa.
La increíble experiencia vivida en la Ryder le dio nuevas alas al castellonense y todos estamos esperando que comience 2013 para ver a ese gran Sergio que todos conocemos y que vimos resurgir en Chicago como una Ave Fénix: ambicioso, luchador, con hambre de triunfos.
“Por alguna de las cosas que sucedieron, estoy seguro que hubo un poco de ayuda desde arriba, de parte del ‘Gran Chico’. Tuve la sensación de que ‘Seve’ nos estaba mirando”, No puedo creer la cantidad de gente que me ha dicho que vio la Ryder Cup. Gente que nunca había visto golf en su vida y que aseguraban que no podían apagar la tele, que tenían que verla entera, que no podían levantarse del sofá, fue muy emocionante escucharles”, ha dicho el jugador español.
Esperemos que el “espíritu de Seve” le siga inspirando y que Sergio García, el gran Sergio, nos vuelva a hacer vibrar como lo hizo en el PGA de Estados Unidos de 1999, cuando puso contra las cuerdas al mismísimo Tiger Woods.

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